Es que sí, somos uno, somos entes, somos personas, humanos, formados por sí y por su ser interior, formados por su razón y por su corazón, formados por su mundo que intenta imponerse en el mundo, formados por una imaginada realidad, distinta a aquella percibida por los demás.. pero pasa que “somos uno y reflejamos otro” inconscientemente en principio, pero quede un día a otro no hacemos conciente de ello, pero… que no cambiamos.. Comodidad?, Costumbre?, No querer afrontar lo que somos y en lo que estamos en esta realidad?, En este mundo que se nos presenta?... con ellos hacemos vista gorda  y tan sólo somos sonrisas y apariencias, alegría y superficialidad, donde todo es color de rosa, donde todos están ahí, rodeándote , en sus propios mundos, compartiendo contigo, de la misma forma en la que tú estás… es aquí donde todo  y sus límites, todo llega a su punto culmine y es aquí cuando aparece nuestro verdadero yo.. o digámoslo así, esa parte de nosotros que estaba oculta, resguardada bajo siete llaves, esa que al más ligero roce, soplo o brisa, puede hacer que caiga en pedazos.. es aquí cuando “somos quien somos”, afloran nuestros sentimientos, pensamientos más ocultos, profundos, íntimos. Es este quien de ti que no muchos conocen, salvo contadas personas… es esta parte de ti que “sobrevive”, cuando ríes por fuera y a diario vives con ella… es esta parte de ti que no reflejas.. esa que está protegida por la máscara del “todo bien”, de lo superficial, sin demostrar lo que de verdad duele, lo que de verdad te marca, lo que enserio te desmorona…, pero la cual también es la que aprende de la caídas, trata de no cometer los mismos errores, trata de no confiar de la misma forma, aprender a discriminar de beuna  forma al mundo que la rodea, la realidad que enfrenta… la que trata de sobreponerse al sobrevivir para pasar al revivir, al vivir.. 

Uno de esos antiguos...